El martes 15 se estrena la ópera ‘El Compadre’ compuesta por Nicolás Suárez sobre un libreto de Verónica Córdova; la obra está basada en la vida del músico, comunicador y político Carlos Palenque Avilés
La Razón
El amor y el poder. En eso consiste la vida. El amor y los celos; el poder y la intriga. En eso consiste el drama. ¿Quién, aquí y ahora, podría encarnar esa contradictoria baraja del alma humana que ha alimentado la imaginación universal a través de los siglos?
Para el compositor boliviano Nicolás Suárez Eyzaguirre no hay lugar para la duda. En la historia boliviana reciente, el drama en el que el amor y el poder se disputan el alma de frente al pueblo tiene nombre y apellido: Carlos Palenque Avilés.
En la vida, las pasiones y la muerte de este músico, comunicador y político está basada su ópera El Compadre. La Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida en esta oportunidad por el maestro Willy Pozadas, la Sociedad Coral Boliviana, el tenor Pablo Heinrich y la soprano Alison Stanford en los papeles protagónicos la estrenarán el martes 15 de noviembre en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez.
La historia que cuenta El Compadre es la del surgimiento de un líder, desde sus inicios como músico popular, su ascendente desarrollo como un gran comunicador, su salto a la política y su dramática y temprana muerte. En el último tramo, el amor y el poder intercambian sus perfumes y venenos. Tal, ya se sabe, el drama.
El libreto de la ópera en tres actos fue escrito por Verónica Córdova, reconocida guionista del cine y el audiovisual boliviano. (Suyo es el guión, por ejemplo, del largometraje dirigido por Rogelio Vargas Di buen día a papá).
“Ha sido un trabajo muy cercano”, comenta Suárez. “Yo proponía una idea, ella complementaba con otras e investigaba. La estructura la teníamos clara desde el principio: desde sus inicios como músico hasta su muerte como político, pasando por su trayectoria como comunicador y en medio de ello la relación amorosa. Verónica ha aportado mucho en la estructura narrativa y dramática y también recuperando frases importantísimas en su investigación, como la que decía, en un momento de tensión política y emotiva, la esposa del Compadre: ‘Yo como mujer que soy, debería estar a la sombra de mi marido o debería surgir con mi propia luz, con mi propio brillo’. Al final de cuentas, ése es el motivo principal de la ruptura. Ha sido muy lindo trabajar con ella”.
Nicolás Suárez tiene una sólida formación musical académica (tiene un doctorado en música con especialidad en composición) y en su larga trayectoria ha frecuentado también los lenguajes de la música contemporánea.
Paralelamente, su experiencia en la música popular es amplia y diversa, del rock y el jazz a la música folklórica y autóctona. En los últimos conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional dirigió los arreglos de las piezas de la agrupación de fusión andina Wara, de la que también es tecladista.
“El lenguaje musical que he utilizado en El Compadre no es difícil”, dice el compositor. “Es un lenguaje tonal, pero con un tratamiento personal para darle los toques dramáticos que la narración necesita”.
“También consideré que en ciertos momentos de la ópera era importante que haya elementos folklóricos y autóctonos”. Así, por ejemplo, en El Compadre no podía faltar el Jacha Uru, una pieza de música autóctona que fue el emblema del partido de Carlos Palenque. De la mano de Suárez, aparece en tres momentos distintos de la historia y en tres formas diferentes: como sikuri, como marcha y como kantus.
También hay bailecitos y una cueca, una versión orquestal de Mata de claveles, la cueca de Lavadénz que integraba el repertorio de Los Caminantes, el grupo folklórico de Palenque. “En su aria final”, adelanta Suárez, “el Compadre hace un recuento de su vida, de lo que ha logrado empezando desde abajo pero también de su relación de pareja.
Entonces dice: ‘He perdido el amor, no soy nada, que venga la muerte.’ Entonces, del pueblo sale la muerte, una preciosa cholita, y él la invita a bailar una cueca. Es la cueca de la muerte. Y la muerte lo abraza”.
En la composición de El Compadre también participan aires de ciertos géneros de la música popular latinoamericana como el tango, el bolero y el danzón.
“El tango”, dice Suárez, “es un vehículo fenomenal para el drama. Lo usé, por ejemplo, para la intriga. Hay un dueto entre Flor, la esposa del Compadre, y Honorato, el político intrigante que le calienta las orejas para propiciar la ruptura. Y lo que cantan es un tango”.
“También utilizo el danzón, todos los encuentros entre el Compadre y Flor tienen ese fondo; el danzón, por un lado, es un elemento muy sensual, muy romántico y, por otro, es muy español. Y el aire de bolero, que es muy sentimental, también está presente tocado sólo por las cuerdas, por ejemplo cuando la comadre Guillermina, personaje que está basado en la imagen de la comadre Remedios, le canta al Compadre”.
En el lenguaje de esta ópera, Suárez confiesa que ha combinado y unificado todos sus amores musicales. “Ha sido como vertir en una vasija una cantidad de vivencias y emociones que las he tenido a lo largo de la vida”.
El Compadre se estrenará el martes 15 en el Teatro Municipal. también habrá funciones el 16 y el 17 y nuevamente el 22, 23 y 24 de noviembre. “Mi aspiración es que esta ópera llegue a la mayor cantidad de gente”, finaliza Suárez.
“Yo sé qué tipo de público asiste, por ejemplo a Tosca o Rigoleto, óperas en otro idioma, con otro tipo de mensajes y códigos. Quiero que a esta ópera venga otro tipo de público. Un público que comprenda que una ópera no es otra cosa que una narración cantada, y al ser cantada es una narración muy emotiva. Quiero que la gente entienda el argumento y participe”.
“Si, al final, la gente sale llorando yo estaría muy feliz”, confiesa. E inmediatamente se corrige: “Valga la contradicción”. Tal el drama.
Estreno en el teatro Municipal
El estreno de El Compadre estará a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional y la Sociedad Coral Boliviana bajo la dirección de Willy Pozadas y los solistas Pablo Heinrich (tenor) y Alison Stanford (soprano). También participarán Paola Alcócer y Giovano Salas. Las entradas se venden por adelantado en el Centro Sinfónico Nacional.
Perfil
Nombre: Carlos Palenque Avilés
Nació: La Paz, 28 de junio de 1944
Murió La Paz, 8 de marzo de 1997
Oficios: Músico y comunicador
El Compadre de carne y hueso
La ópera El Compadre está basada en la vida de Carlos Palenque Avilés. Su presencia pública se relaciona inicialmente con la música. A mediados de los 60, junto con Pepe Murillo crea el grupo Los Caminantes que alcanza popularidad en un momento en el que la música folklórica comienza a ser reconocida. A finales de esa década conduce programas radiales destinados a la música nacional. De esa época viene el apelativo de Compadre, por la forma familiar como se relaciona con sus oyentes.
En 1980 crea su propia radio, Metropolitana y un año después Televisión Popular. En 1984 se casa con Mónica Medina. Estos dos medios le permiten a la pareja desarrollar una labor asistencialista, especialmente a través de la Tribuna Libre del Pueblo, que les significa una gran popularidad.
En 1988, el gobierno de Paz Estenssoro clausura su canal. Como respuesta, ese mismo año, Palenque funda Conciencia de Patria (Condepa), partido con el que participa en las elecciones presidenciales de 1989 y 1993 con creciente votación. Muere de un ataque cardíaco el 8 de marzo de 1997.
La ópera en Bolivia, una estrella de tres puntas
Los productores de El Compadre la presentan como la primera ópera boliviana del siglo XXI. En rigor, la historia de la ópera en Bolivia, entendida como composición de autores nacionales y no como representación del repertorio universal, es corta.
En este sentido la primera ópera es Incallajta, compuesta por Atiliano Auza sobre un libreto de Norma Méndez de Paz. Se estrenó en La Paz, en noviembre de 1980 y fue repuesta en Cochabamba el 2010 con motivo de las celebraciones de los 200 años de la gesta independentista. Incallajta se divide en tres actos y narra una historia de amor y celos ambientada en el incario.
La segunda ópera boliviana es Manchay Puytu compuesta por Alberto Villalpando con libreto propio sobre la novela homónima de Néstor Taboada Terán. Escrita en 1995, la ópera se estrenó en La Paz en enero de 1997. En esta obra, Villalpando abandonó los lenguajes contemporáneos que caracterizaban su trabajo y eligió la música tonal por considerarla más acorde a la historia que narra. Manchay Puytu recrea una leyenda colonial: el amor prohibido entre un cura y una indígena. Muerta ésta, el cura fabrica una quena con su hueso y en ella interpreta un triste yaraví.
Fuente: La Razon
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